La religión y el Nuevo Orden Mundial

 

Religión y fe parecen sinónimos, y esta última tiene que ver del todo con creencia. Lo que una persona cree, es lo que piensa, lo que es, y lo que hace. Esa es la razón por la cual es tan importante la cuestión de la religión; sin olvidar que ese término que proviene del latín religare, da todo el sentido de atar (religar) ¿Será importante la cuestión de la religión en aras del Nuevo Orden Mundial? ¡Absolutamente!. Si se consigue una misma fe para todos, o casi todos, se consigue todo: ¡todos religados!
Ahora bien, ¿qué es lo que el propio Ratzinger (Benedicto XVI) en este sentido está haciendo actualmente en pro de ese aludido Nuevo Orden Mundial? Mucho, por cierto. Siguiendo la senda de su antecesor, Karol Wojtyla, está trabajando arduamente hacia la consecución de una sola religión mundial que estaría basada en la interrelación e interacción de todas las actuales existentes. Esta es la meta final del ecumenismo. La Biblia le llama a eso la Gran Ramera, la cual es la expresión final y consecuente del catolicismo de Roma. Esa religión que es la máxima expresión babilónica, será necesaria para la “espiritualidad” en el Nuevo Orden Mundial, y el control sobre el individuo y las masas.
 
La futura religión mundial, dirigida por el Vaticano y su Falso Profeta (Ap. 13; Ap. 17) será absolutamente anticristiana, aunque hablará sin ambages de paz, unidad, amor fraterno, y demás conceptos cristianos. Escribió David Wilkerson en su excelente libro profético “La Visión”, en fecha tan tardía de abril de 1973:
 
“Veo la formación de una superiglesia mundial, que consistirá en una unión entre los protestantes ecuménico-liberales y la iglesia católica romana, que se unirán políticamente de la mano, creando una de las más poderosas fuerzas religiosas en la tierra. Esta superiglesia mundial será espiritual sólo de nombre, y usará desembarazadamente el nombre de Jesucristo, pero de hecho será anticristo y política en muchas de sus actividades. Esta poderosa unión de iglesias estará profundamente implicada en la asistencia social, en tremendos programas de caridad, y en ministerios piadosos. Sus dirigentes harán declaraciones arrolladoras con respecto a satisfacer las necesidades del género humano emitiendo un llamamiento a una renovada labor social e intervención política, y por una mayor voz en los asuntos mundiales” (6)
 
De hecho, esto ya está ocurriendo actualmente. El protestantismo en cualquiera de sus vertientes, ha quedado en gran manera afectado y saturado, aunque no del todo, de falso ecumenismo dada la increíble labor que los Jesuitas han estado haciendo contra él, poco a poco, como la labor de la hormiguita, a lo largo de los últimos años, sobretodo a partir del Concilio Vaticano II.
 
No obstante, en la agenda jesuita, todavía se está yendo más lejos, ahora le está tocando el turno al Islam. Esta fue la razón principal de la visita de Ratzinger a Turquía.